Para sumarle un plus a los días nublados, nada acompaña mejor que una chick flick clásica de amor no correspondido. En esta oportunidad tuvo la chance de lucirse Wainting for Forever; una película que se estreno el pasado febrero en Estados Unidos y que en nuestro país no llegó a la pantalla grande.
Rachel Bilson, a quien no veía actuar desde su papel en la serie teen The O.C, toma el rol de Emma, una joven actriz que vuelve a su pueblo natal debido a una enfermedad fulminante que tiene a su padre de mal en peor. Tom Sturridge, interpreta a Will, un muchacho malabarista que fue amigo durante la infancia de Emma, y se encuentra enamorada de ella desde siempre.
Después de años de no verse, Emma y Will se vuelven a encontrar, aunque no por las casualidades de la vida, sino todo lo contrario. Mientras avance la película nos daremos cuenta que Will tiene una obsesión entre patológica y bordeando la locura, por Emma; ella es su norte, su estrella polar, su brújula.
Pintado este panorama extraño, el film se desliza constantemente entre mostrarnos, una chica deprimida con un padre moribundo y un pibe que claramente no tiene los patitos en fila. Por momentos hay cabos que no se terminan de atar; y la relación entre los padres de Emma no queda del todo clara.
Con un Richard Jenkins desaprovechado, en un papel secundario donde no da todo de sí, y Rachel Bilson que no está con todas sus luces, siempre la misma cara, no es muy favorecida con sus expresiones; las actuaciones en esta película son un punto en contra. Sin embargo, el film logra emocionar a las mujeres apostando a nuestro lado cursi, romántico y meloso. Hombres abstenerse.
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